Así no era el plan, se suponía que con nuestro apoyo el Cirko Demente continuaría habitando en el Diego Rivera Anahuacalli, que desde ahí se difundiría y enseñaría su buen trabajo, pero hoy, la avaricia de algunos termina dañando a los demás y lamentablemente la dirección de dicho museo decidió (unilateralmente ¿por qué no?) terminar su relación con el Cirko Demente.
Sé que todo se resolverá satisfactoriamente, encontrarán un lugar mejor y todas las acciones llevadas a cabo para, en su momento, rescatar su espacio en Anahuacalli, rendirá frutos.
Desde aquí (comodamente) les mando la pura buena vibra.